Se entiende por litoral aquella franja donde se unen la atmósfera, la litosfera y la hidrosfera.

El litoral no depende de la zona climática, por lo que es azonal. Está sometido a las acciones del mar.

Es fundamental diferenciar entre las zonas de erosión y las de sedimentación.

Las zonas de salientes sufren más erosión y acaban retroceciendo poco a poco.

Las zonas con entrantes son las de sedimentación, las cuales a lo largo del tiempo van avanzando.

Por ello, en las costas jóvenes predomina el litoral quebrado,

mientras que en las costas antiguas se desarrolla el litoral rectilíneo.

Entre los diversos accidentes costeros que afectan al modelado litoral cabe destacar:

Las plataformas de abrasión o rasas mareales: se localizan a los pies del acantilado y son formadas por la erosión de este provocada por el mar.

Las terrazas marinas: son plataformas formadas por la combinación de cambios en nivel del mar y movimientos tectónicos de subducción o levantamiento.

Las playas: son zonas de sedimentación. Los sedimentos se obtienen de la zona de dunas, pero cada vez hay menos debido a la masiva construcción de casas en primera línea de playa.

Las bahías: son entrantes semicirculares del mar en el continente.

También están los golfos (más extensos que las bahías)

y las ensenadas (más pequeñas que las bahías).

Las albuferas: son bahías separadas del mar por una flecha litoral o cordón de arena.

Las islas: son terrenos rodeados de mar por todas partes.

Las penínsulas: son islas rodeadas de mar por todos lados menos por uno.

A esta unión entre la península y el continente se le llama istmo.

Los tómbolos: son islas unidas al continente a través de un brazo de arena.

Se diferencian de las penínsulas en que estos últimos son más pequeños.